28 dic 2009

Victor Hugo: que no es el yorugua es el franchute

Para todos los que no lo pedían vuelve el segmento poetíco, un maestro este frances escribió los misarebles, el Jorobado de Notredame y libros de poemas como odas y pesías diversas, asi que yo dejó de hablar, maestro exprésese!!!!!!!!


El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.

La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano.

La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo.

Los cuarenta son la edad madura de la juventud; los cincuenta la juventud de la edad madura.

¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta.

La libertad de amar no es menos sagrada que la libertad de pensar. Lo que hoy se llama adulterio, antaño se llamó herejía.

Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.

La melancolía es la felicidad de estar triste.

La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho.

Los ojos no pueden ver bien a Dios, sino a través de lágrimas.

A una mujer


¡Niña!, si yo fuera rey daría mi reino,

mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado,

mi corona de oro, mis piscinas de pórfido,

y mis flotas, para las que no bastaría el mar,

por una mirada tuya.


Si yo fuera Dios, la tierra y las olas,

los ángeles, los demonios sujetos a mi ley.

Y el profundo caos de profunda entraña,

la eternidad, el espacio, los cielos, los mundos

¡daría por un beso tuyo!


Canción


Nace el alba y tu puerta está cerrada

Hermosa mía, ¿a qué dormir?

¿Si se despierta la rosa,

no vas a despertar tú?


Mi lindo encanto

escucha ya,

a tu amante que canta

y también llora.


Todo llama a tu puerta bendita.

Dice la aurora: «yo soy el día.»

Dice el pájaro: «yo la armonía.»

Y mi corazón: «yo el amor.»


Mi lindo encanto

escucha ya,

a tu amante que canta

y también llora.


Te adoro, ángel, te amo mujer

Dios que me completó contigo

creó mi amor para tu alma.

Y mis ojos para tu belleza.


Canción II


Si nada de mí queréis,

¿por qué os acercáis a mí?

Y si así me enloquecéis,

¿por qué me miráis así?

Si nada de mí queréis,

¿por qué os acercáis a mí?


Si nada intentáis decir,

¿por qué mi mano apretáis?

Del hermoso porvenir,

de la dicha en que soñáis,

si nada intentáis decir,

¿por qué mi mano apretáis?


Si queréis que aquí no esté,

¿por qué pasáis por aquí?

Sois mi afán y sois mi fe;

tiemblo al veros ¡ay de mí!

Si queréis que aquí no esté,

¿por qué pasáis por aquí?

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